En una de sus charlas telefónicas con el enemigo, decía Gila: “¿Mi general? ¿Que si vienen a fusilarnos o vamos nosotros?” Esta semana hemos comprobado que las ocurrencias de Gila no caducan. No pasan de moda. En el Estado español la realidad siempre supera a la ficción; y el humor (negro, mal humor o el que avinagra) te lo sirven en bandeja.