Dicen que Napoleón, en la campaña de 1798 contra el ejército turco, arengó a sus soldados en Egipto: “Desde lo alto de estas pirámides, 40 siglos nos contemplan”. Sin entrar en los delirios de grandeza de algunos personajes histriónicos o controvertidos, resulta curioso descubrir cómo los escenarios del pasado nos interpelan. A veces sobrecogen, desolados, emotivos. En ocasiones se nos hacen misteriosos, subyugantes, o cargantes, grandiosos… Pero siempre su silencio es profundamente expresivo.